Con su estructura de corte geométrico y sus curvas fluidas, esta residencia exhibe con desenfado algunas piezas de arte coloristas y divertidas, que interpretan las preferencias estéticas de la propietaria.

La residencia está dominada por una paleta de colores apagados que contrasta con la colorida colección de arte.

El salón de doble altura adopta líneas esculpidas y simplificadas y tonos suaves. La verticalidad de este espacio refuerza la sensación de profundidad. Además, los motivos decorativos biofílicos de las paredes y las instalaciones artísticas del techo se hacen eco del veteado natural de las alfombras y el suelo de mármol.

El espacio está inundado de abundante luz natural, lo que crea escenas variadas a lo largo del día. Una vivienda que respira una sensación de libertad y placer, gracias también a la hábil combinación de distintos materiales -y las sensaciones que desprenden-, como el brillo del mármol y la calidez de la madera.